Luis Caputo respondió este viernes a los cuestionamientos por el déficit de cuenta corriente, que superó los U$S5.000 millones en el primer trimestre del año, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), y volvió a defender el rumbo económico de la gestión libertaria. 

En su exposición durante el congreso Somos Pymes, en La Rural, el ministro de Economía de la Nación sostuvo que el saldo negativo es “absolutamente razonable y hasta sano” para una economía que, según afirmó, “está creciendo al 6%”.

Las declaraciones de Caputo se produjeron luego de que economistas como Domingo Cavallo, Ricardo Arriazu y Martín Rapetti alertaran sobre el creciente desbalance externo, el déficit en el flujo de divisas y la fragilidad de las reservas del Banco Central, que mantiene una tenencia neta negativa cercana a los U$S4000 millones.

Alerta del FMI por un número en rojo: el déficit externo superó los U$S5.000 millones

Frente a este escenario, el ministro explicó que el déficit actual responde a un aumento de la inversión y de la demanda externa, elementos que, a su juicio, acompañan la reactivación económica. “Ese déficit ya no financia más el rojo del sector público, sino que es déficit del sector privado”, remarcó, consignó el diario La Nación. 

También aprovechó la ocasión para despejar rumores sobre posibles encuentros con el Fondo Monetario Internacional: “No mantuve reuniones con funcionarios del FMI”, dijo Caputo, en alusión a la misión que actualmente revisa el acuerdo en marcha con Argentina.

Caputo insistió en que el déficit de cuenta corriente no debe interpretarse como un signo de debilidad. “Es algo absolutamente razonable para un país que estaba totalmente descapitalizado y donde está creciendo al 31,8%, era obvio que iba a pasar esto”, expresó. Y agregó: “No es que no le prestamos atención, pero hago esta explicación para que entiendan y no se dejen seguir engañando por gente que no entiende o tiene otros objetivos”.

A pesar de las críticas sobre la apreciación del peso y su posible impacto en la actividad económica, el funcionario defendió el actual esquema cambiario. “El tipo de cambio flota. Si a cualquiera le parece que está barato, puede ir y comprar”, expresó.

Un enfoque fiscal inédito

Caputo también reivindicó la política fiscal del Gobierno, asegurando que la situación actual marca una diferencia histórica. “En la Argentina nunca hubo orden macroeconómico, fiscal y monetario por decisión política. Los que creen que es algo que ya vimos, sepan que no la vivimos”, declaró. En ese sentido, recordó que el país tuvo déficit fiscal en 113 de los últimos 124 años y que sus consecuencias, como la inflación y los defaults, derivaron del financiamiento vía emisión o deuda.

Al referirse a momentos de aparente orden fiscal, Caputo fue categórico: “Los episodios donde ha habido cierto orden macro fueron inmediatamente después de gatillar una crisis”, sostuvo. Y ejemplificó con la salida de la Convertibilidad en 2001. “Cuando se gatilla una crisis, el ajuste lo hace el mercado. No son momentos de convicción política de tener orden fiscal y monetario, sino que se llegaba por accidente. La gran diferencia ahora es que evitamos esa crisis y le hicimos pagar el costo del ajuste al sector público”, enfatizó.

En esa línea, detalló que el gasto público acumula una caída del 30% en 2024, explicada principalmente por recortes en obra pública, jubilaciones, subsidios a la energía y el transporte, y salarios de empleados estatales.